sábado, 10 de diciembre de 2011

LAS LUCES DEL RÍO

                                                 Surten del tajo de la piedra las
voces y luces del río que corre
sonámbulo por la tierra muda,
entre la fronda quieta del bosque.
Líquido reflejo del cielo que en su
vuelo  atraviesa el ave, que descree
del aire y de sus alas, y sedienta
a él desciende. Bebe del agua de
la grieta y,  al beber su frescura,
explora el sentido de su instinto.
Duda ahora si es pájaro o es jaguar,
o si es gozo de la espesura.



Fragmento del poema O las estaciones

jueves, 8 de diciembre de 2011

CREACIÓN

Versión en audio del poema Creación del libro Sílabas de arena, con música original de Jorge Sarraute y editado por Editorial Candaya (2004).

domingo, 4 de diciembre de 2011

ÉXODO

               Un reverbero de carne y horas anuncia el éxodo.
               las almas, asidas con los dientes, cuelgan del aire,
               mientras un hilo de luces ovilla las calles;
               anuda las gargantas.

               Llueve y la lluvia anima las almas al olvido.
               No hay repuesta. Sin justicia, la noche avanza.
               El orden de los dioses corrige los sueños y al alba,
               cuando la ciudad cae por su propio reflejo,
               las almas se desvanecen y un rumor de estrellas
               poluciona el vacío.


De Sílabas de arena (Candaya, 2004)

domingo, 20 de noviembre de 2011

SIGNO


                    Yo soy ese extranjero que mañana regresará
                     a la patria, al cabo extraña, a cavar
                     la colina en busca del poema que su memoria
                     sepultó en una lata de galletas.
                     Yo soy ese poeta que hundió en la tierra
                      la palabra y ha olvidado
                     el lugar
                     el índice
                     la página
                     la montaña
                     el poema.
                     Yo soy ese náufrago sin mares que terminará
                     sus días contando historias, urdiendo leyendas,
                     pagado por la caridad de los curiosos,
                     cuando la fatiga le anude los músculos.


De Conjeturas acerca del tiempo, el amor y otras apariencias (Cartografías, 2009).

sábado, 12 de noviembre de 2011

DEL FUEGO Y LA POESÍA

El verano pasado acabé un libro de cuentos, después de que mucho tiempo antes había creído que ya no volvería a hacerlo y que, por este motivo, aprobé a que Candaya publicara El mal de Q., casi como mis cuentos completos ya que integraba toda mi producción cuentística desde 1968 hasta 2009. 
La elección del título finalmente determinó la estructura y ciertas licencias, como la carencia de títulos de los cuentos y relatos que integran el libro. El punto de partida era que mi primer libro de cuentos, El día en que el pueblo reventó de angustia, publicado en 1973, había sido requisado y quemado en un cuartel por los militares argentinos durante su dictadura. Sin embargo, no veía en el fuego un factor de destrucción, porque en definitiva nunca el fuego podía destruir lo que el libro contenía.
George Steiner dice en Logótratas que "los que queman los libros, ls que expulsan y matan a los poetas, saben exactamente lo que hacen. El poder indeterminado de los libros es incalculable [...] En la experiencia humana no hay fenomenología más compleja que la de los encuentros entre texto y percepción, o, como observa Dante, entre las formas del lenguaje que sobrepasan nuestro entendimiento y los órdenes de comprensión con respecto a las cuales nuestro lenguaje es insuficiente: 'la debilitade de lo'nteletto e la corteza del nostro parlare'. (Convivio, III-IV, 4).
Siguiendo este hilo de [pre] sentimiento recordé la reacción de los magos del Asia Menor quemando sus libros al oír la palabra evangélica de Pablo (Hechos 19,19) y una lectura más o menos reciente en El lector, de Pascal Quignard: "la palabra es de tal naturaleza que debe su crecimiento y su fortalecimiento a un fuego prendido con los libros que la fundamentan". Este es más o menos el itinerario que seguí hasta dar con Voces del fuego, libro donde cada relato, cada cuento, cada línea es un trasunto de ese fuego mayor que nos nutre y nos eleva por encima de la violencia y de la finitud.

domingo, 30 de octubre de 2011

PI EN LA CIMA


El caminante sobre el mar de nubes, de Kaspar Friedrich


                                                                                                        Para Iván Humanes
«Me dijo el maestro zen Ejo Tanaka: Cuando estás lejos ves inmensa a la montaña. Cuando estás en su cima, no la ves». Al leer esto en el facebook de Iván Humanes, Pi, que siempre había vivido en la llanura y visto su líquida semejanza, el mar, sintió curiosidad por conocer una montaña. Movido por ella, al día siguiente se encaminó hacia el Oeste, hacia esa línea blanca que brillaba en el horizonte y que alguien le había dicho que era la cordillera. «Desde aquí no parece que el maestro tenga razón», se dijo Pi que, a medida que se acercaba, veía cómo aquella ligera ondulación al final de la planicie se agrandaba y que al llegar ante ella se alzaba como una duna o una ola insalvable. Aún así la trepó y cuando dejó de verla tuvo la misma sensación de infinitud que le causaban la llanura y el mar. «Desde la cima no ves la montaña –se dijo-, pero ves su abismo».

De Voces del fuego.

domingo, 23 de octubre de 2011

LA BELLEZA Y LA FORMA


Dibujo de Picasso para La obra maestra desconocida, de Balzac


«-¡No es misión del arte copiar la naturaleza, sino transmitirla! ¡Eres un poeta y no un vulgar copista!- exclamó con vehemencia el anciano, interrumpiendo a Porbus con gesto autoritario- ¡Si fuera así, un escultor no tendría más que sacar el molde de una mujer! Prueba a moldear la mano de tu amante y luego contémplala; te parecerá un horrible cadáver sin semejanza alguna con la realidad, y te verás obligado a recurrir al cincel del escultor, quien, sin copiarla exactamente, le infundirá  movimiento y vida. Hemos de saber captar el espíritu, el alma, el aspecto externo de las cosas y de los seres. ¡Los efectos! Son meros accidentes de la vida, y no la vida. Una mano, por seguir con el ejemplo, no forma simplemente parte del cuerpo, sino que expresa y prolonga un pensamiento que es preciso saber captar y reflejar. Ni el pintor, ni el poeta, ni el escultor deben separar el efecto de la causa, que forman indefectiblemente un todo. En ello estriba la auténtica lucha. Muchos pintores triunfáis por instinto sin conocer ese concepto del arte. ¡Dibujáis una mujer, pero no la veis! Así es imposible descifrar los arcanos de la naturaleza. Vuestra mano reproduce, sin que os deis cuenta, el modelo que habéis copiado en el taller de vuestro maestro. No penetráis lo bastante en la intimidad de la forma, no perseguís con suficiente amor y perseverancia los quiebros y las fugas de esa forma. La belleza es ardua y difícil, y no se deja apresar por las buenas; es menester esperar durante horas, espiarla, apremiarla y atenazarla para obligarla a rendirse...».





La obra maestra desconocida, Honoré de Balzac (Círculo de Lectores, 2000, trad. Javier Albiñana). Con ilustraciones de Pablo Picasso, encargadas por el galerista Ambroise Vollard, en 1931, y consistente en trece aguafuertes.

lunes, 10 de octubre de 2011

EL APÁTRIDA

                           
porque no fuiste desterrado de un país
sino del alba     exiliado a esa luz
que te enceguece     eres
una sombra inmóvil entre las horas del día
una memoria sin
                            hemisferio del pasado

quiero que mi conciencia muera y
el viento se lleve los ojos de los árboles
las bocas de las dichas   el hedor de las desdichas
quiero que llueva sobre mi yo desnudo
ese yo sin rostro y sin causa que sobrevive
     entre dunas de signos

quién es ese yo escondido que te habla
como si fueses yo

ese yo detrás de mi yo que me habla
como si fueses tú

tú soy / yo eres
en qué lado de la frontera me / te encuentras

y yo / él
en qué yo es    desde qué voz nos habla

tú / yo
somos el yo / él que se habla a sí mismo


la voz que nace de la angustia
te divide y condena a la inmovilidad
al adiós pintado en las paredes del laberinto
   y así    sujeto   tú / yo al instante de una calle
     oyes los cantos de las conciencias náufragas
y no dices yo        no dices yo
los cuerpos deshabitados de los apátridas
                                          no dicen yo


lunes, 26 de septiembre de 2011

LA CASA DE LA LOCURA


El hijo del arquitecto (Anaya & Mario Muchnik, 1992) es una novela que trata de la lucha del hombre por crear un espacio propio, por hacer más habitable el mundo, aunque sea consciente de que su vida es apenas un destello en el cosmos. Toda creación implica la búsqueda de la belleza, pero ésta no siempre surge tal como la pensamos. A veces, como dice uno de los personajes en el fragmento que recoge el vídeo, «es un filamento retorcido del alma y otras un sueño perfecto». 
Las imágenes del vídeo corresponden a El Castell, edificio situado en la urbanización Vallpineda, en la frontera entre Sitges y Sant Pere de Ribes (Barcelona). Su creador es el arquitecto Ricardo Bofill, quien, por alguna razón que ignoro, reniega de su paternidad.

lunes, 19 de septiembre de 2011

EN EL ROSTRO

        
        más vida hay

         en la hormiga que explora
         yendo y viniendo
               el rostro del hombre
         en la mosca que       insistente
         frotándose los ojos     deposita sus larvas
                            en los labios del hombre
         en el gusano que sale a rastras
         de la boca del hombre
                 ahíto el estómago de la mirada
          que vitrificó en la retina
                             los mil rostros del asesino


           hormigas           moscas          gusanos
                     pululamos en la cola cercenada
                             del gran lagarto
           mientras el viento lleva
                 el hedor de las corrupciones
                      ventila los sótanos de batalla

De Nadadores de altura (Cartografías, 2011)

domingo, 4 de septiembre de 2011

EL SUEÑO DE PI

Playa de Long Beach, Nueva York


Pi evitaba siempre viajar a las grandes ciudades. Decía que éstas hacen olvidar al hombre su medida en el mundo, mientras que el mar, la llanura y el desierto lo sitúan en la frontera de su propia finitud. Por este mismo motivo amaba la pintura de Mark Rothko. Nadie como él había pintado con tal intensidad los límites de la existencia humana.
Como albergaba la secreta esperanza de ver algún día al artista, cuando Pi se casó, a su esposa no le costó convencerlo de que el viaje de bodas fuese a Nueva York. Él sabía que cumplir su deseo era tan improbable como conocer el número de estrellas que brillan en el cielo, pero aun así cada día que pasaba de su luna de miel sin ver a Rothko se sentía frustrado. El último día, sintiendo que el agobio de la ciudad se le hacía cada vez más insoportable, Pi convino con su mujer que iría a pasear solo a Long Beach. Frente al mar caminó varios kilómetros acompañado por el sonido de las gaviotas y el batir de las olas en la playa. Atardecía y el horizonte ya fracturaba el espacio en una zona oscura y otra rojiza, cuando Pi decidió regresar al hotel. En ese momento, como una visión surgida de una vibración del aire, vio venir hacia él un hombre arrastrando una varilla.  Al pasar a su lado, el individuo levantó la vista y sus miradas se encontraron fugazmente. Luego Pi lo vio alejarse dejando tras de sí una línea en la arena. ¿Y si aquel hombre era Rothko? ¿Y si aquella línea era un horizonte trazado para él?
Esa noche, cuando cenando en el hotel su mujer le preguntó cómo le había ido, Pi comprendió que le era imposible hablar de lo sucedido.
      -          ¿En qué piensas? –insistió ella.
      -          En la marea –respondió Pi.
     De Voces del fuego

miércoles, 31 de agosto de 2011

LA CARRETERA


Ladera abajo, detrás de un bosque de pinos, pasa la carretera. Es un río siempre monótono hasta que una noche se oye el aullido de un perro. Una larga latencia de dolor que poco a poco se extingue y vuelve el mecánico fluir de la corriente.

De Cuaderno de notas de Manuel T.

martes, 19 de julio de 2011

TARDE


Garganta del diablo, Cataratas del Iguazú.
                 
tarde sé de la inutilidad del instinto que persiste
agotándose lentamente  
he dicho tarde   cómo puede ser tarde o temprano
en este lugar de frases iguales y distintas    cada una
cada una con la ausencia 
                                       cada una con la presencia del río que fluye tarde y temprano

de qué sirve la voz que teme al abismo
y abandona en su descenso al alma que  
muda    nada podrá decir de la dicha
nada podrá decir del dolor humano

De Lecciones de tiempo

viernes, 15 de julio de 2011

ÁNGEL


Ángel, que era un hombre sencillo y cariñoso con su familia, descubrió que el trabajo que cierto día le encomendaron le daba sentido a su vida haciéndolo distinto a todos los demás. La tarea exigía vocación y entrega total, y él la ejecutaba con extremo rigor. Así ganó fama entre los de su oficio y creció en él la certeza de haber sido ungido por una entidad superior, para llevar a cabo aquel cometido que lo situaba más allá de toda culpa. Por esto, cuando empezó a escuchar voces y gritos que le impedían dormir,  Ángel se sintió al principio perplejo y, enseguida y por primera vez en mucho tiempo, vulnerable. Indefenso. Ángel se entregó a la oración, pero fue en vano.
Una noche, apenas conciliado el sueño lo despertó un ruido. Frente a él, al pie de la cama, un hombre le apuntaba con una pistola. A pesar de la penumbra y del rostro desfigurado del otro, lo reconoció. «¡A la mierda!», le oyó decir y Ángel saltó de la cama. Su mujer dormía plácidamente a su lado. Sudoroso y angustiado, fue a comprobar que sus hijos también lo hacían. Salió al patio y encendió un cigarrillo. Antes de acabarlo del todo volvió a la cama y le dio una última calada. La brasa del cigarrillo ardió. «¡A la mierda!», dijo el otro y la cara de Ángel estalló.

De Voces del fuego

lunes, 27 de junio de 2011

LA TORRE


  
cien escalones subes con
la piedra a la espalda subes
hasta la cima de la torre

y lo que tus ojos ven es                       

la majestad del horizonte
                                             el campo de las estaciones
                                                          
y lo que tus ojos ven es
                                              
la primavera arrasando los puentes
                                               el verano quemando los bosques
                                                                                               y bajas
brama en el caracol el otoño
el invierno encanece el aire
cien escalones bajas con
 la piedra a la espalda bajas
hasta el pie de la cantera
                                                          
ahora ya lo sabes       es ira
la luz que divide tu sombra 



Fragmento de Lecciones de tiempo. El vídeo fue realizado con la colaboración de Paco Valverde.

jueves, 16 de junio de 2011

LA LUNA, Jorge Luis Borges


Se han cumplido veinticinco años de la desaparición de Jorge Luis Borges, acaso el más grande escritor en lengua castellana del siglo XX. Acaso, junto a Miguel Cervantes, el más grande escritor que ha dado esta lengua. Ayer, 15 de junio, aniversario de su muerte se produjo un eclipse de Luna, astro al cual el poeta le dedicó un par de poemas, el primero de los cuales digo. Las imágenes del fenómeno celeste pertenecen a Eduardo Salvatierra, autor asimismo del vídeo.

miércoles, 8 de junio de 2011

LA DUDA DE KAFKA


Franz Kafka visto por Andy Warhol
Kafka se hace (nos hace) una pregunta inquietante. ¿Y si Odiseo se taponó los oídos con cera y nunca oyó el canto de las sirenas? De ser así, Odiseo habría engañado a los dioses y a las sirenas haciéndoles creer que había oído la música secreta y resistido a ella socavando así para siempre el poder divino. Pero, de ser así cabe otra pregunta. ¿Qué no oyó Odiseo mientras atravesaba el desfiladero pretendiendo desafiar la locura con que los dioses castigaban a los mortales que oían su música? Quizás nada o acaso apenas un rumor sordo y continuo, como de mar o de cielo lejano. En este supuesto, me atrevo a pensar que Odiseo fue, antes que Homero, el primer poeta que llegó a los aledaños del silencio y descubrió que las almas de los hombres son voces de la eternidad.
Del Cuaderno de notas de Manuel T.

viernes, 3 de junio de 2011

SOBRE EL CUENTO

Paul Verlaine visto por Magixl

Paul Verlaine decía que un poema es tensión hacia la exactitud. Su trasunto en prosa, el cuento, también lo es. Es la flecha disparada hacia el blanco. Pero ¿qué impulso lleva la mano a la flecha, la carga en el arco y la dispara? No es una idea, porque ésta es un artificio de la inteligencia, sino una intuición, un gránulo de fantasía; una suerte de conocimiento surgido extramuros de la razón, acaso de una memoria anterior. Incluso del olvido. Es la intuición lo que vincula al poeta con lo sustantivo, la fuerza que atraviesa su alma en busca de su voz, su forma, para revelar la verdad del poema. La verdad del cuento.
De Cuaderno de notas de Manuel T.

viernes, 27 de mayo de 2011

EL RETORNO DE MANUEL T.


Más allá de los días, la tercera novela que cierra el ciclo que incluye De cómo llegó la nieve y Los días de la eternidad, supone el retorno de su protagonista -Manuel T. y sus varios socías- a sus orígenes y el recorrido final de un camino al final del cual espera hallar su patria y la libertad que ha buscado durante toda su vida. Pero en este tramo, ha perdido la confianza en la palabra que lo sustenta y sólo su perro es el único interlocutor que acepta. El único compañero que lo seguirá más allá de los días.

viernes, 20 de mayo de 2011

SOBRE LA VERDAD DEL POEMA


Carta abierta por la pluralidad poética
La editorial Visor ha publicado la antología «Poesía ante la incertidumbre», que reúne algunos jóvenes poetas españoles e hispanoamericanos. Podría pasar por una antología más de una poética más, pero el carácter excluyente e intolerante ante las otras poéticas hacen que muchos poetas la veamos como una burda maniobra comercial. Para el grupo en estos «tiempos de incertidumbre» la poesía ha de ser ante todo «una poesía que se entienda y emocione». ¿Significa esto que lo único válido es escribir para el pueblo? Y en este caso ¿qué pueblo? Respetando y defendiendo todas las opciones poéticas, porque desde este respeto y defensa, se nutre y enriquece la poesía misma, creo que la misión  -si es que tiene alguna- de la poesía no es emocionar ni ser entendible, dicho en el sentido más simplista, sino relatar la verdad de lo entrevisto durante la exploración del alma y del mundo. Un grupo de poetas y lectores de poesía ha dado a conocer una carta abierta en respuesta a la antología a cuyos términos me he adherido por su defensa de la democracia poética. 



Leer el artículo del escritor Leonardo Valencia en El Universo (Guayaquil, Ecuador).
Del pensamiento poético de Hegel.

miércoles, 18 de mayo de 2011

ADVERBIAL

       
                              Llueve. Lentamente llueve.
                              Sobre la montaña, finamente,
                              sobre la ausencia, al final de la calle.
                              Lentamente insiste
                              sobre los párpados, suavemente,
                              sobre la carne,
                              lentamente cala.
                              Es el vacío. Nada. Sólo llueve.
                              Sobre la hoja, lentamente,
                              sobre los tejados, al final de la tarde.
                              Llueve. Lentamente persiste.
                              Sobre el campo, tenuemente,
                              sobre la vida. La lluvia.
                             Adverbialmente cae.
                             Día tras día. Sobre el verbo. Sobre la memoria.
                             Es el tiempo. Infinito. El número. Sólo llueve.

                             El relámpago, que luminosamente electriza
                             el cielo, triza el horizonte, se clava
                             en la tierra y el silencio vacía el aire.
                             Un instante. La espera. Desesperadamente.
                             El día. La tormenta. El trueno de gracia.
                             Definitivamente. La noche.

domingo, 15 de mayo de 2011

RECITAL DE NADADORES DE ALTURA

Ilustración de Beatriz Silva
Recital dado el 18 de marzo de 2011, en el Teatrino Trapalanda de Río Cuarto (Argentina), acompañado por los músicos Jorge Jewsbury y Miguel Ángel Toledo. La puesta en escena correspondió a Graciela Gómez.


miércoles, 11 de mayo de 2011

ORFEBRE

Sol de La Tolita (Ecuador)


                Sobre la piel de oro alzo la maza ritual y golpeo.
                La forma del rostro. Las cuencas de la noche
               donde anidan los ojos de esmeraldas. El gesto del ave.
               Al fin, el rugido del jaguar ilumina el paraíso.
               Amanece. El sol irradia su cabellera de serpientes.
              Y golpeo hasta que el dolor del dios que imagino
              se me hace insoportable. 

martes, 3 de mayo de 2011

PRETÉRITO PERFECTO


Desde la torre escasa que apuntala el día

he visto
a la bestia saltar sobre la sima de cadáveres mutilados
a la tácita lanza penetrar por la cruz del caballo
y a su punta mortal asomarse por la cinchera

he visto
a los dientes del equino en la inútil porfía
de morder el viento que sacudía su noche repentina y
a sus cascos eludir la mirada del jinete decapitado

he visto
a la súbita lámpara iluminar el asombro del toro
al puño huérfano de brazo ciñendo la espada y
a Picasso testificar la infamia humana

he visto tanto
que desde aquel día en que oí el relincho final
mezclarse con el estruendo
busco entre las ruinas la herradura que perdió el potro
un segundo antes de su salto interrupto y que, de calzarla,
tal vez le hubiese evitado compartir la suerte del jinete.

martes, 26 de abril de 2011

EN LA MUERTE DE GONZALO ROJAS

El poeta Gonzalo Rojas (1917-2011)

Ha muerto el chileno Gonzalo Rojas, uno de los grandes poetas universales de la segunda mitad del siglo XX, y como quizás dijera el amigo Jimarino, aullarán a la noche los perros de la lluvia.

martes, 19 de abril de 2011

EN EL BURDEL

A.T. durante la lectura
Lectura de En el burdel, fragmento de un capítulo de la novela De cómo llegó la nieve (Tusquets, 1987) que forma parte del recital Nadadores de altura, de Antonio Tello, ofrecido en el Teatrino Trapalanda, de Río Cuarto (Argentina). Intervinieron asimismo los músicos Miguel Ángel Toledo y Jorge Jewsbury, quienes interpretan aquí Vidalita del angelito, de Jorge Sarraute y Antonio Tello. La puesta en escena correspondió a Graciela Gómez.

viernes, 8 de abril de 2011

LA CAMPAÑA DEL CORONEL EMILIO

A.T. durante el recital (Foto: Jorge Tello)
La lectura de un fragmento del cuento La campaña del coronel Emilio formó parte del recital de presentación del libro Nadadores de altura, en el Teatrino de la Trapalanda, en Río Cuarto (Argentina). Su vínculo con la Vidalita del amor ausente, de Sarraute y Tello que aquí canta Miguel Ángel Toledo acompañado de Jorge Jewsbury, se comentó oportunamente.

martes, 5 de abril de 2011

NADADORES DE ALTURA (I)

El nadador, de Beatriz Silva

   El nadador se arroja a la ciudad. Y nada.
                          Toda la noche. Hasta que el músculo cede.
                          Hasta que la carne abandona su voluntad, nada.
  Excesos de la industria. Novas de neón.
  Al amanecer, detritos de mensajes flotan en el océano.
  El nadador que se lanza a la noche perece en el día.

Del libro Nadadores de altura (Cartografías, 2011). El cuadro de Beatriz Silva pertenece a la muestra dedicada al libro que se inauguró el 12 de marzo, en la sala ARP del Centro Cultural Trapalanda, de Río Cuarto (Argentina).

domingo, 16 de enero de 2011

RECURRENCIA

Vista interior de la iglesia de Santa María del Mar. Barcelona


De Conjeturas acerca del tiempo, el amor y otras apariencias (Cartografías, 2009)

jueves, 13 de enero de 2011

PRESENTE INDICATIVO

Ruinas de Nuenen, de Vincent Van Gogh

Observo:
La iglesia que el pintor
ha erigido en la colina sobrevolada de pájaros y cruces
tiene la torre trunca. Su puerta está entreabierta y
la maleza agrieta sus paredes de piedra.

Pregunto:
¿Quién puede afirmar que las mieces que los hombres siegan
no se convierten en las aves que incendian el atardecer?
¿Quién puede asegurar que la ruina de Nuenen existía antes 
de que el pintor dejara su impronta en la tela?

De Conjeturas acerca del tiempo, el amor y otras apariencias (Cartografías, 2009)

martes, 4 de enero de 2011

GENITIVO



Ese día, en el equívoco trance entre el recuerdo y el sueño,
fue cuando empecé a reconocerme en los gestos de mi padre.

La brisa del incendio final, o su memoria, me trajo su rostro antiguo;
el argentino brillo de las alabardas hispanas asomadas
por la boca de la bestia que acezaba el furor del instante inevitable.

En la tormenta percibí el acero penetrando en el corazón del pájaro,
el azoramiento del paisaje con sus lagos volubles,
el estertor de la ciudad con su arquitectura sagrada. El desgarro del fuego.

Mientras el colibrí, irresistible y efímero, batía sus alas y el polvo secular
gastaba los vértices de la Gran Pirámide, esperé en vano el auxilio de los dioses.



De Conjeturas acerca del tiempo, el amor y otras apariencias (Cartografías, 2009)