jueves, 30 de abril de 2009

PARTICIPIO


Este poema pertenece Conjeturas sobre el tiempo, el amor y otras apariencias. Considero este libro el primero concebido para expresar mis preocupaciones básicas ligadas al simple acto de existir. En el vídeo encontré el apoyo del aria de las Variaciones Goldberg, magníficamente interpretada por Daniel Baremboin, y las imágenes del lucernario del Forum de Barcelona.


P.D. Querida Ana de la Robla, ya ves que entre el hueso y el gesto hay diferencias que a veces la memoria ignora.

martes, 21 de abril de 2009

LA POESÍA DE J.G. BALLARD

James Graham Ballard, quien murió a los 78 años el pasado 19 de abril, es conocido como escritor de ciencia ficción cuyas novelas prefiguran un mundo inquietante. Sin embargo, como las creaciones de Ray Bradbury y Kurt Vonnegut, las suyas trascienden las limitaciones del género sustentadas en una lúcida y dramática visión de la naturaleza humana y una expresión esencialmente poética. Sobre este soporte su voz parece una cristalización del tiempo y lo que puede ser futuro también es pasado y los otros mundos entrevistos son también este mundo. De aqui que sus recuerdos de infancia, como en Matadero 5 de Vonnegut, transidos por la experiencia de la guerra se convirtieran en El imperio del sol en una pintura atemporal del absurdo de la guerra cuya culminación, simbolizada en la explosión nuclear estadounidense sobre Nagasaki, conduce a la extinción:
Un resplandor inundó entonces el estadio sobre las graderías del sudoeste como si una inmensa bomba americana hubiese estallado en alguna parte, al noroeste de Shangai [...] un silencio ininterrumpido cayó sobre el estadio y sobre la tierra circundante, como si el sol hubiese parpadeado, desanimado durante unos pocos segundos. Jim sonrió al soldado japonés; sintió el deseo de decirle que aquella luz era la premonición de la muerte, la visión de un alma pequeña que se unía a la gran alma de un mundo agonizante.

jueves, 16 de abril de 2009

EL CAZADOR Y EL JAGUAR

El cazador sueña con la caza. Se interna en el bosque. Nada se oye. Nada se mueve. Con el cañón del fusil aparta unas matas. Un ruido. Acaso el crujido de una rama. Despierta. La penumbra borra el perfil de las cosas en la habitación. Nada se mueve. Cierra los ojos para seguir durmiendo. Soñando. Pero enseguida los vuelve a abrir. En el alféizar de la ventana, al borde del abismo del rascacielos, un jaguar lo observa. Sus ojos se encuentran. Es el preciso instante en que la fiera se abalanza sobre él. [Del Cuaderno de notas de Manuel T.]

sábado, 11 de abril de 2009

SOBRE LA VERDAD DEL POEMA


Apunte del Cuaderno de notas de Manuel T. acerca de la naturaleza del poema y los efectos que sobre él tiene la actitud o los intereses del poeta.


jueves, 9 de abril de 2009

ODISEO, HOMERO Y KAFKA


Kafka se hace (nos hace) una pregunta inquietante. ¿Y si Odiseo se taponó los oídos con cera y nunca oyó el canto de las sirenas? De ser así, Odiseo habría engañado a los dioses y a las sirenas haciéndoles creer que había oído la música secreta y resistido a ella socavando así para siempre el poder divino. Pero, de ser así cabe otra pregunta. ¿Qué oyó Odiseo mientras atravesaba el desfiladero pretendiendo desafiar la locura con que los dioses castigaban a los mortales que oían el canto de las sirenas? En este supuesto, me atrevo a pensar que Odiseo fue, antes que Homero, el primer poeta que llegó a los aledaños del silencio. Acaso porque sabía que es en el alma de cada uno donde habitan las voces de la eternidad. [Del Cuaderno de notas de Manuel T.]

sábado, 4 de abril de 2009

SUEÑO DE PAO YU, Tsao-Hsueh-Chin




Para leer el cuento picar sobre las páginas


Sueño de Pao Yu es uno de los numerosos capítulos que integran esa aluvional novela china del siglo XVIII llamada Sueño del aposento rojo o Hung Lou Meng. Al parecer su autor más probable [el adjetivo es de Jorge Luis Borges] es Tsao-Sueh-Ching. Hay en este relato tristeza y soledad existencial que la singular naturaleza del sueño convierte en desesperación metafísica, duda, callejón sin salida.

viernes, 3 de abril de 2009

LA CONDENA, Pedro Serrano













Para leer el poema clickar sobre él
Dice Juan Antonio Masoliver Ródenas en el prólogo de Desplazamientos (Candaya, 2006), que «toda la poesía de [Pedro] Serrano es la aceptación del caos, la nostalgia y la búsqueda del origen, allí donde los objetos, los cuerpos y las palabras forman parte de una misma esencia». Coincido en esta apreciación y en la opinión sobre su vínculo con las tradiciones conceptual barroca y mística españolas. A estos fundamentos también conviene apuntar la tradición metafísica de la poesía náhuatl, que tuvo en Nezahualcóyotl a uno de sus más refinados exponentes. Esta presencia se manifiesta en el tono y el clima de sus poemas, también perceptibles en algunos poetas del grupo «Contemporáneos» o en Octavio Paz, y en la concepción circular del devenir del tiempo, cuyos símbolos más explícitos son el calendario azteca y la representación gráfica de Quetzalcóatl, la serpiente emplumada. La condena es uno de los más bellos y paradigmáticos poemas del libro de Pedro Serrano.